Artículo escrito por Adriana Delsignore integrante del Programa de Escritores del Método Silva de Vida
Meditar es una experiencia que te sana el espíritu.
La primera vez me dio taquicardia porque me costó mucho respirar a la vez que hacía el conteo. Del 3 al 1, del 10 al 1, no lograba coordinar los números con cada inspiración y exhalación. Pero el resultado es tan gratificante que insistí cada vez hasta lograr concentrarme en lo que realmente era importante: lo plena que te sientes luego de meditar. Es una actividad que se transforma en hábito rápidamente ya que el bienestar que produce su realización hace que se convierta en una necesidad diaria.
En mi experiencia, la mejor forma de aprender a meditar es con un guía que nos va indicando el paso a paso. Es tan placentero lo que se siente que se espera con gran entusiasmo el momento del día que le dedicamos a meditar. Es un viaje a la felicidad. Te permite alcanzar todos tus objetivos, hasta los que creías imposibles.
Con la práctica diaria logras llegar a solucionar situaciones que no hubieras imaginado.
Meditar es la actividad más importante del día a día.
Genera seguridad en ti mismo, alegría, distensión, fortaleza de espíritu, salud mental y física y fundamentalmente confianza y Fe en todo lo que te propones.
Cada ejercicio que he aprendido con el Método Silva ha sido valioso y me ha otorgado claridad, certeza y conocimiento. Ha mejorado mi calidad de vida y sin dudas, ha ayudado y ayuda a que mejore como persona. He aprendido a perdonarme y a perdonar a los demás. Me ha enseñado a agradecer por todo lo que he vivido y por lo que la vida me ha brindado.
La meditación me inspira a ayudar al prójimo, me muestra que el poder de nuestra mente es infinito y hay espacio para todos. Dejamos de ser egoístas y nos da felicidad compartir los beneficios con todos nuestros pares. Te conviertes en una especie de predicador que desea trasmitir al mundo entero el camino a la felicidad.
Meditar te devuelve la ilusión y con seguridad es la actividad más importante del día.