La magia de la Navidad

Navidad Metodo Silva

Navidad. Pocas palabras logran transmitirnos tantos sentimientos y emociones a la vez; pocas celebraciones simbolizan tanta paz y alegría; pocas fiestas nos hacen estar tan receptivos y soñadores. Pero ella, la Navidad, es diferente. Ella hace de diciembre un mes mágico; un mes donde los problemas y los viejos rencores parecen dispuestos a ser guardados en el cajón del olvido; un mes donde la paz y la felicidad se asoman por la ventana, donde las metas no cumplidas se van por la puerta de atrás, y donde los nuevos propósitos llegan por la chimenea con la intención de convertirse en menos de un año en objetivos logrados. Y no podemos dejar pasar la oportunidad de saborear esa magia.

Hay quien dice que la Navidad no es una fecha, sino un estado de ánimo. Sin duda, la Navidad es lo que hagamos de ella durante todo el año… Pero también es el momento ideal para soñar, para ser felices y para estar rodeados de la gente que para nosotros es importante. La Navidad es para sentirla y para vivirla; para respirar su espíritu navideño en el aire que todos compartimos.

Haz que todo el año sea Navidad

Durante estos días, en las calles y en los hogares se instala un ambiente de paz, amor y optimismo. Mucha gente olvida los problemas, ríe a carcajadas sin saber muy bien por qué, y se deja invadir por esa sensación de magia que nos hace sentir que los sueños están ahí para cumplirse. Pero a menudo, para muchos, esa euforia se va con la Navidad, y el resto del año se limitan a volver a las viejas costumbres. ¿Qué pasaría si hiciéramos que todo el año fuese Navidad y siguiéramos con ese espíritu navideño en lugar de abandonarlo en enero?

Dijo el artista británico Harlan Miller que “ojalá pudiésemos meter el espíritu navideño en jarros y abrir un jarro cada mes del año”. Tiene mucha razón. La mayoría de las personas en Navidad viven más felices, se llenan de alegría y de propósitos, trazan nuevas metas con ilusión, consiguen relajarse y meditar con resultados más efectivos, son más agradables con los demás, y se vuelven más solidarias y flexibles. Pero, cuando la Navidad se va, entonces vuelven a las antiguas costumbres, a los viejos hábitos, al estrés y la rutina del día a día, a dejar las cosas para más adelante…

Muchas personas durante la Navidad viven y durante el resto del año sobreviven, cuando lo ideal sería alargar el espíritu de la Navidad durante todo el año. Así lograríamos mantener ese optimismo para ser más felices todos los meses y para que alcanzar nuestras metas resultara mucho más fácil. Ver la cara positiva de la vida hace que llegar a nuestro objetivo sea más sencillo. Entonces, ¿para qué reservarlo solo para la Navidad?

Este es el mejor consejo que una vez me dieron para estas fechas, y hoy te lo transmito: haz de la Navidad una actitud y muestra tu cara alegre al mundo durante todo el año aun cuando no te apetezca sonreír… Lo agradecerás.

Llena tu vida de metas y propósitos

Y si la Navidad es para estar feliz, entonces debemos dar importancia a los propósitos. En diciembre nos dejamos seducir por ese ambiente de paz, así que todos apostamos por marcarnos nuevos objetivos. Tenemos ganas de lograrnos, nos decimos que por supuesto haremos todo lo posible y estamos dispuestos a ello. Pero las estadísticas demuestran que la mitad de los propósitos de diciembre se abandonan en febrero o, como mucho, en marzo. No dejes que eso pase. Siempre debemos tener metas para crecer personal y profesionalmente, para madurar constantemente, para ir aprendiendo cada día, para que cuando en un futuro miremos atrás dibujemos una sonrisa. Y la Navidad es la época ideal para empezar con ello.

Esta es la época de las metas, de los sueños, de los “voy a lograr esto” y de las promesas a uno mismo. Navidad es la época donde nacen los deseos… Y tenemos un año para pasarlos a la lista de los “objetivos cumplidos”. La Navidad es para sentir; el resto del año, para actuar. Diciembre es para crear sueños; los otros meses, para lograrlos. Haz que la próxima Navidad esté llena de nuevas metas pero que sea porque estas ya las cumpliste.

Centra tu atención en meditar en lo bueno del 2011 y en lo que quieres para el próximo año. Siempre es bueno tener nuevos retos. ¿Cuáles son los tuyos? ¿Qué deseas para el 2012? Es bueno que, antes de empezar el nuevo año, sepas dónde quieres llegar para que así te sea más fácil encontrar el camino. Nos encantaría saber qué deseas este 2012 y, sobretodo, ¡que lo consigas!

¡Felices fiestas de parte de todo el equipo Silva!