Meditación y Niños

Meditación y Niños

Meditación y NiñosEnseñarle a los niños a meditar es una propuesta relativamente nueva en Occidente. Pero en Oriente forma parte de la educación desde hace tiempo, particularmente en los niveles iniciales y en algunas escuelas. Estas técnicas aprendidas de manera precoz les serán muy útiles a los chicos durante toda su existencia, procurándoles una herramienta importante para centrarse, silenciar la mente y encontrar algo de paz interior aún en medio del mundanal ruido.

La meditación permitirá guiar a los chicos para que aprendan a hallar la calma dentro de sí mismos, pudiendo afrontar y transitar las dificultades y retos de la vida, y también los aspectos más bellos de la existencia, con entusiasmo y energía siempre renovados. En la actualidad existen propuestas que han adaptado las técnicas de meditación para trabajar con los niños, mediante ejercicios fáciles de llevar a cabo, y aplicables en colegios y escuelas.

Que los niños puedan participar de modo voluntario en los ejercicios de meditación, es una premisa sana. Está comprobado que de este modo ellos se interesan más por aprender, y además esto les permitirá seguir apreciando y valorando esta práctica a futuro.

Entre las ventajas que supone la enseñanza de la meditación a los niños podemos señalar por ejemplo:

Mayor creatividad: La meditación desarrolla un mayor nivel de agilidad mental, inteligencia y creatividad en las personas. En el caso de los niños, potencia su imaginación, permite que aparezca la fantasía y en general que se vinculen de un mejor modo con su lado emocional o sensible.

Aumento de la concentración: En la actualidad a los niños se los suele ver bastante inquietos, y algo dispersos. La meditación puede ayudarlos a relajarse y calmarse, y con ello a concentrarse en lo que están haciendo a cada momento. En la medida en que propicia el desarrollo de la porción izquierda del cerebro, los niños logran focalizar la atención con mayor facilidad.

Reduce ansiedad y estrés: Al meditar los chicos están más serenos, se calman y logran un mayor grado de seguridad. Al brindarles tranquilidad, la meditación les ayuda a sanar ciertos síntomas recurrentes en la infancia, tales como la ansiedad y el estrés, las preocupaciones, angustias y miedos.

Mejora el vínculo con los papás: La meditación no sólo ayuda a los niños a optimizar su concentración y capacidad de aprendizaje, sino que los torna más compasivos y afectuosos. Se comportan mejor y logran relacionarse mejor con los padres.

Logran conciliar mejor el sueño. Los resultados han demostrado que los niños que practican estos ejercicios duermen mejor. Al tranquilizarse y despojarse de ansiedades, consiguen un mejor reposo.

Apertura a lo trascendente: Si bien no es una práctica religiosa, la meditación expande los niveles de conciencia de todas las personas. Y en el caso de los niños, los abre a lo trascendente, lo cual les otorga un mayor nivel de seguridad.

¿Has probado de meditar con niños? ¿Conoces otros beneficios de esta práctica para los ellos? ¡Cuéntanos tu experiencia!