Artículo escrito por Decia Lila Vazques integrante del Programa Escritores Método Silva de Vida
La Meditación es un acto maravilloso que se hace en la búsqueda de uno mismo, de nuestra verdad, de nuestra esencia.
Como es una experiencia individual, existen muchos conceptos de la meditación, tantos como las innumerables percepciones que cada persona tiene respecto de ella.
Mucho se ha escrito sobre meditación, tanto sobre su significado, como para qué sirve y las diferentes maneras que existen de meditar; libros, artículos, videos, hay mucha teoría, que se consulta cuando aún no se decide a practicarla.
Pero si uno se queda leyendo sin practicar, no se inicia el proceso de meditar, como dice el popular refrán “Sin arrojarse al agua, no se prende a nadar”.
Mientras no se ejercite la meditación de forma habitual, no se podrán apreciar sus beneficios.
En este aprendizaje, es muy importante crear el hábito, es decir construir la costumbre del horario, el lugar, la postura del cuerpo, y otros detalles físicos que nos favorezcan como la luz, los ruidos, la ingesta ó no de alimentos previos, entre otros. Arraigar ese hábito, es lo que va a mantener la constancia de meditar.
Sin embargo, si aún no se dispone en la casa o lugar de actividad de un espacio ó horario para hacerlo, se puede comenzar de a poquito, en pequeños momentos como:
-Caminando solo, concentrarse en: cómo entra y sale el aire por la nariz, o se puede repetir mentalmente una frase como “yo soy”, “gracias” o alguna palabra o sonido que ayude a centrarte en tu interior.
La caminata no es imprescindible que sea larga, unos pocos minutos alcanzan, por ejemplo el trayecto desde donde queda estacionado tu coche o desde donde te baja el ómnibus por la mañana, hasta llegar a tu lugar de actividad.
– También se puede ejercitar mientras se espera el turno en el médico, o en la fila del supermercado o de un banco.
Si prestas atención, son varios los minutos del día en que podemos dejar de lado lo que ocurre fuera de nosotros, despojarnos de lo que tenemos, y dirigirnos hacia nuestro auténtico ser.
Eso es en pocas palabras meditar, abandonar los pensamientos para estar con uno mismo y disfrutar de ese encuentro.
Si no sabes meditar y quieres aprender como meditar, te recomiendo leer este artículo: “Cómo meditar sin saber meditar”