Aprender a Meditar y calmar la mente

Escrito por Rafael Velasco integrante del Programa de Escritores del Método Silva de Vida

No aprendí a meditar buscando ese objetivo, sino que aprendí en un curso de Control Mental del Método Silva.

Mi ejercicio, que fue muy productivo, consistió en, tras una profunda relajación física, poner mi mente en blanco, sin pensamientos. Aunque es frustrante, pues cuando lo consigues “fracasas” al pensar ” no estoy pensando”, fue muy bueno para aprender a controlar mi ruido mental.

Para meditar, recomiendo seguir los siguientes pasos:

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1) Pon un propósito a tu meditación. Puede ser cualquier cosa: sentir paz repitiéndote que estas en un absoluto estado de paz; pidiendo a tu subconsciente que te ayude en algo; mentalizarte de tener sólo pensamientos positivos,…

2) Tomar una postura cómoda, que te permita relajar toda tu musculatura sin moverte ni dormirte. Aconsejo sentado (con la espalda y los píes firmemente apoyados) o tumbado boca arriba con los brazos separados y las palmas mirando al cielo.

3) Empezar a relajar tu cuerpo mediante una revisión sistemática de todo tu cuerpo haciendo relajarse cada músculo. Lo puedes hacer de la cabeza a los píes o al revés, como prefieras. Te puedes ayudar de la imaginación: una gota que va recorriendo tu cuerpo, una luz que va llegando a todas las partes, un ejercito de hormigas que va apagando tus músculos a medida que recorren tu cuerpo, concentrándote en cada centímetro del cuerpo punto por punto,… Y lo más importante para mi: asegurándote que la cara esté absolutamente relajada (inconscientemente, cualquier tensión se expresa en la cara). Notarás que estás relajado porque sentirás tu cuerpo o muy pesado o muy ligero.

4) Ahora viene lo más importante: debes tener en mente solo una cosa. Puede ser un mantra (una frase o palabra positiva que te repites una y otra vez), puede ser el seguimiento de tu respiración, puede ser la sensación de tu entorno, lo que quieras, pero debes enfocarte a eso de forma que cualquier pensamiento que te venga no relacionado con lo que hayas elegido tener en mente, debe ser omitido (le debes quitar atención para dejar que se desvanezca).

5) Una vez que tu mente está prácticamente libre de pensamientos parásitos dedícate a tu propósito, sacando nuevamente cualquier pensamiento ajeno al tema que te lance tu mente.

6) Por último debes salir de dicho estado preparando a tu cuerpo para la salida (muy despierto si debes continuar con tu actividad normal, muy relajado si vas a dormir) y con una sensación de paz y felicidad, agradeciéndote haberte permitido ese rato de meditación.

El resultado que, al menos, debes esperar después de meditar es una mente más calmada (con menos ruido de pensamientos aleatorios), un mayor enfoque en lo que estés haciendo y una sensación de paz y control.

Si nunca has meditado, es bueno que empieces con meditaciones guiadas que te irán dando instrucciones para que sigas estos pasos.

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