Guía de Meditación para Principiantes

Artículo escrito por Esteban Darío Altamirano integrante del Programa de Escritores del Método Silva

como meditar

“Para poder subir la cumbre, solo debes ver donde dar tu primer paso”

Así reza una milenaria frase; si quieres que la meditación sea efectiva para ti, debes empezar dando tu primer paso.

Como en todo aprendizaje, comienza  de lo fácil a lo difícil, de lo simple a lo complejo; si de entrada practicas horas y horas con técnicas para meditadores avanzados, puedes estar condenado al fracaso.

Guía de meditación para principiantes para comenzar a meditar:

1. Comienza con algo simple: haz una cuenta regresiva; si haces una cuenta regresiva del 100 al 1 y tu mente salta de una cosa a otra, haz una cuenta más corta. Visualiza un número cada dos segundos.

2. No te impacientes si no puede mantener la cuenta, aún cuando sea corta; nadie aprende a caminar en un día, así también meditar lleva su tiempo de aprendizaje. Relájate, deja pasar los pensamientos que aparezcan tranquilamente.

3. Acorta tus tiempos de meditación: si lo necesitas, comienza con cuentas del 10 al 1, concéntrate en visualizar bien claro los números (puedes poner un reloj para que te avise a los cinco minutos, ya que podrás hacer varias cuentas), imagínalos en colores, compuestos de ladrillos, madera, metal, de luces de neón, etc. Si los pierdes por pensamientos que cruzan no te molestes con ellos, déjalos pasar y vuelve a continuar donde te quedaste o empieza de nuevo. Es mejor menos tiempo con calidad, que mucho tiempo con mala calidad.

4. Aumenta tus prácticas paulatinamente: una vez que domines la práctica con pocos números, auméntalos en cinco o diez números, pero no más. Trabaja con ellos cinco días, y si los visualizas correctamente sin pérdidas en tu concentración, vuelve a aumentar la cuenta. Hazlo hasta llegar a 100 (también puedes ir del 300 al 1; cada cuenta del 100 al 1 te lleva unos cinco minutos).

5. Varía tus prácticas: luego de la cuenta regresiva visualiza un elemento (una fruta, un aparato, un cuadro, un lugar, un vehículo, un paisaje, una persona, un animal, un vegetal, etc.), practica con cosas que conozcas y a las cuales tengas acceso regularmente, así al volver a verlas puedes comprobar la calidad de los detalles que visualizaste, y repetir la experiencia si lo deseas.

6. Utiliza todos tus sentidos: en tu imaginación recuerda la textura, los aromas, el sabor, y los sonidos de los elementos que visualices; si algo no produce sonido por sí mismo, imagina que lo golpeas y escúchalo, saboréalos, lánzalos, córtalos, aplástalos, etc.

7. Imagina: la meditación mejora con la imaginación; visualiza los elementos que hayas convocado anteriormente en el punto 5, pero cambia sus características, como su color, sus formas, su textura, su peso, su brillo, su aroma, etc. También puedes imaginar algo totalmente nuevo, como un paisaje de otro mundo, una nave que te lleva por el espacio, un jardín con flores que hablan, diviértete.

8. Haz varias sesiones en el día: comienza con una práctica diaria en el horario que más te convenga, sin presiones. A medida que tu concentración mejore, agrega una práctica más, podrás encontrar tres momentos en el día para meditar (puedes agregar más, siempre que la calidad de tus meditaciones no disminuya).

9. Disfruta de tus meditaciones.

10. RECUERDA QUE LA PRÁCTICA HACE AL MAESTRO.