Meditacion: Aprende a vivir sin quejas

Relajacion Metodo Silva

Hay dos grupos de personas: las que buscan su propia felicidad y las que se sientan a esperarla. Y hay dos maneras de tomarse la vida: con gratitud o con lamentaciones.
Podemos hacer cosas que nos hacen felices mientras estamos agradecidos por todo lo que tenemos (o lo que está en camino), o también podemos esperar a que nuestra vida cambie de un día para otro sin que hagamos nada mientras nos lamentamos por todo lo que no tenemos. ¿Qué opción prefieres? Obvio, ¿verdad?
Precisamente por eso, hoy te queremos proponer un reto con múltiples beneficios: 21 días sin quejas.

La cultura del lamento

Hay un refrán que dice: “si no puedes cambiar el mundo, cambia tu actitud”. Muchas personas se lamentan cada día por todo lo que no tienen en lugar de agradecer todo lo que sí tienen.

“Tengo frío. Hace mucho calor. Odio los lunes. Me duele la cabeza. La carne está cruda. Ese auto es muy caro. Le falta sal. La calle está muy sucia. No me gusta que los demás se demoren. Todo me sale mal”… Si contáramos todas las veces que nos quejamos no creeríamos que fuéramos capaces de dedicar gran parte de nuestra atención a tantas cosas negativas.

Estamos habituados a lamentarnos continuamente, y hasta que no tengamos una actitud totalmente positiva no podremos ser más felices y sentirnos realizados en todos los ámbitos de nuestra vida. La meditación, el trabajo, los viajes, la relajación… Todo es mucho más placentero si lo tomamos con actitud positiva.

El reto de los 21 días

¿Por dónde empezar? La respuesta es mucho más sencilla de lo que parece: consiste en estar 21 días sin emitir ningún quejido, chisme o lamento. Este es el tiempo que, según los expertos, una acción pasa a convertirse en hábito.
La idea nació en julio de 2006, cuando el pastor estadounidense Will Bowen propuso a su comunidad “el reto de los 21 días sin quejas” con la intención de ayudar a eliminar cualquier rastro de quejas o lamentos en cada uno de los asistentes. Para ello repartió una pulsera morada y les animó a empezar cuanto antes. Si un día se quejaban, debían cambiarse la pulsera de mano y volver a empezar a contar de nuevo. Así hasta conseguir los 21 días sin transmitir ningún tipo de lamento.
En la primera parte del ejercicio, solamente contaban las palabras dichas en voz alta. Las que se pensaban pero no se decían, eran válidas. Quienes lo lograron dicen que no es fácil, pero después de las tres semanas, inclusive la mente deja de emitir quejas.
Los resultados fueron sorprendentes, y la mayoría de gente logró superar este reto. Eso sí, no tan pronto como imaginaban: a muchos les tomó un mínimo de cinco meses aprender a vivir sin enfocarse en lo negativo de la vida.
Desde entonces, la propuesta se ha extendido por todo el mundo, y son muchos quienes cada día deciden aceptar el reto. No importa si la pulsera es morada, verde o amarilla. O si en lugar de eso usamos un anillo, un reloj o una piedra en el bolsillo. La cuestión es afrontar con ganas e ilusión este reto que, como cuentan todos quienes lo han superado, ayuda a tomar las riendas de nuestra vida y la cambia para siempre.

Acepta el desafío

No hay motivos para no sumarse al cambio. Cuando uno aparta de su mente el lado negativo de la vida, aparece más espacio para el buen humor, las relaciones más favorables, la autoestima y la felicidad.
Solamente en Estados Unidos seis millones de personas han logrado cambiar sus creencias y hacer de este reto un hábito saludable. Muchas personas se sumaron al desafío para demostrar que no se quejaban demasiado, pero se dieron cuenta que en el mejor de los casos lo hacían un promedio de 20 veces por día. Eso sí, es fundamental no culparnos cada vez que nos lamentamos por algo. No hay que dar fuerza a la queja, simplemente basta con aprender a darnos cuenta y comenzar de nuevo.

Abre paso a la gratitud

Lo único que conseguimos cuando nos quejamos, criticamos o juzgamos es emitir energía negativa. Si nos quejamos, atraemos más de lo mismo. En cambio, si hablamos de gratitud nos conectamos a campos de alta energía.
El resultado es sencillo: si abandonas la queja y te llenas de gratitud, tu vida cambiará y verás todo con mayor optimismo. Muéstrate agradecido: por tu salud, por el trabajo, por ver el mar cada mañana, por estar rodeado de gente a quien quieres, por poder dedicarte a lo que siempre soñaste… Si abres el corazón, siempre tendrás cosas que agradecer. Y cuando uno agradece, no solo se siente mejor sino que vive una vida más feliz.
¿Qué te parece la propuesta? ¿Te animas a superar el desafío? Tanto si te sumas a él como si no, no dudes en compartir con nosotros tu experiencia.