¿Quieres meditar pero no tienes tiempo? 4 consejos claves para las personas más ocupadas

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La meditación es una práctica que demanda tiempo y muchas veces estamos demasiado ocupados con las cuestiones de la vida cotidiana como el trabajo, la familia y los amigos y no disponemos de suficiente tiempo para dedicarle.

Si quieres meditar pero no tienes tiempo o la tienes abandonada por que no encuentras el momento, aquí encontrarás algunos consejos que te serán muy útiles para que puedas incorporar la meditación en tu vida.

Antes de irte a dormir.

Una vez que terminaste tu día y ya no tienes más actividades pendientes, no te acuestes en la cama de inmediato: siéntate con la luz apagada y cierra los ojos. Trata de concentrarte en tu respiración, generando un ritmo constante y pausado. Cuida tu postura y mantén la espalda recta, los hombros bajos y la expresión relajada. Si te sirve de ayuda, cuenta 50 respiraciones y concéntrate solamente en esa cuenta. Este ejercicio te ayudará a incorporar poco a poco la meditación y, aunque sea durante unos minutos, estarás entrenando tu concentración.

En la ducha.

Puedes aprovechar los momentos en los que te das un baño para ejercitar tu meditación. La ducha es un lugar especialmente favorable ya que puedes utilizar el sonido del agua como objeto de concentración. Haz que tu mente esté totalmente enfocada en el sonido del agua, en tu respiración o en un mantra, mientras tomas una ducha como normalmente lo harías. El secreto está en dirigir la mente hacia un único objetivo y mantenerla allí durante todo ese momento.

En el transporte.

Piensa en el tiempo que inviertes día a día viajando de un lugar a otro, ya sea manejando tu auto o en el transporte público. ¿En qué piensas mientras estás viajando? Puedes aprovechar los momentos de traslado, por ejemplo, cuando vas a tu trabajo, para practicar la meditación y ejercitar tu concentración. Elije un objeto y centra tu atención en él: ¿cuántas personas viajan contigo? ¿qué sonidos hay a tu alrededor? O simplemente puedes cerrar los ojos y concentrarte en tu propia respiración. Verás que poco a poco te será cada vez más fácil abstraer tu mente y dejar de lado todo el resto de los estímulos que intentan acaparar tu atención.

En tus descansos.

Durante tu día laboral probablemente tengas muchos pequeños momentos en los que no te encuentras trabajando. ¡Puedes utilizarlos también para meditar! Aunque sean tan solo 5 o 10 minutos, busca un lugar donde puedas apartarte y cerrar los ojos, concentrarte en tu respiración o en el mantra que prefieras. No importa si estás en una silla, un sillón o el banco de una plaza: ¡cualquier lugar es ideal para relajar tu mente! Y si no dispones de un sitio tranquilo, simplemente sal a caminar y realiza el mismo ejercicio: cuenta tus respiraciones, tus pasos o los automóviles estacionados en la cuadra y centra tu mente en ese objeto.

Como verás, no es necesario estar en un monasterio o en un bosque para meditar. Incluso si no tienes tiempo de sobra, puedes utilizar esos pequeños momentos entre tareas para relajar tu mente y encontrar la paz. Ya sea en tu casa, antes de dormir, o en tu lugar de trabajo, simplemente mantén la atención para encontrar esos pequeños instantes y poco a poco incorpora la meditación en tu vida. Con el tiempo irás afianzando tu práctica y serás capaz de encontrar calma y paz en los lugares más insospechados.

¡La meditación puede cambiar tu vida hoy mismo! ¿Quieres saber cómo?